19 de diciembre de 2011
Sor..... (juegos de palabras a altas horas de la noche)
Soy una Sor Presa. Cuando me junto con alguien me convierto en Sorpresa. Pero en casa soy una Sor Presa: enclaustrada y pasándome la vida contemplando y pensando en lo divino y en lo humano.
Quiero dejar de ser Sor Presa, bastante tengo ya con las compresas que las pobres, aunque tengan alas, nunca podrán volar porque están presas, valga la redundancia.
Así que sobrevivo sorteando las murallas, muros y alambradas de mi cárcel particular. A la espera de la "t" para encontrar la Sort: suerte en catalán y en francés: destino.
Quiero quitarme la Presa y quedarme con Sor y que corra a buscar el Sortilegio.
El Sort-ilegio vendrá a verme y me traerá una Sortija.
Una Sortija para casarme conmigo misma y así encontrar la Libertad.
Mientras tanto, a veces sorprendo tras mi hábito de colores (otras veces negro como un cuervo). Sorprendo y prendo la vida aunque a veces se me escape o la maltrate o la desprecie quedándome en mi Prisión.
SorRisa me llaman pero estoy Sor Presa.
Estoy creando el Sortilegio para salir al exterior.
La Vida me pondrá la Sortija y me dirá: "Bienvenida al mundo Sin Sor Presa."
Bienvenida al mundo LAURA.
1 de diciembre de 2011
"Rumble" de Maitena Burundarena
"Rumble" es una de las mejores novelas que he leído. Leí una crítica muy buena hace poco en el "Babelia" digital y coincidí casi con todo lo que el autor decía. En un momento dado dice que esta Maitena no tiene nada que ver con la Maitena de sus tiras cómicas, queriendo alabar su nuevo trabajo. Otra vez vuelve el elitismo a mi parecer. Para mí, Maitena o Maitena Burundarena siguen siendo la misma persona. No es casual que el libro tenga esa frescura, ese toque rebelde y a la vez ese talento para atraparnos desde la primera página. Yo siempre supe que Maitena era una mujer tremendamente especial y talentosa. Por eso decidí comprar el libro. Y si bien es verdad que la narración retrata un demoledor retrato familiar, la autora lo hace sin caer en ningún sentimentalismo, a ritmo de enfebrecida juventud. Una juventud que desborda, que salta las vallas de cualquier tipo de drama, que tira hacia adelante con la inconsciencia y la pulsión de la Libertad en letra mayúsculas y de molde. La protagonista es una "niña bien" (clase acomodada en la época del Peronismo argentino) que a pesar de todo, nada en su vida está bien pero ella corre, corre, corre y nunca se detiene como si tuviera un terremoto bajo sus pies. Como dice en una frase del libro: "Hernán era tímido para avanzar, yo para retroceder." Todo desde una voz única, llena de humor ácido. Y sexual, muy sexual sin ser explícita. Porque la libertad es sexual, huele a camas a deshechas, a humo, a cuerpos abrazados, a pelo sin lavar, a rotos en los pantalones. Y acabas el libro con una sensibilidad a flor de piel. Como dice el crítico de Babelia, es un recorrido iniciático irónicamente porque nuestra protagonista acaba igual de rebelde, de caótica, de auténtica y gamberra que al principio del libro. No es casual que Maitena haya escrito este libro. Yo ya vi su talento en viñetas y ahora en novela su lado crítico se ha acentuado, se ha vuelto más punk, más auténtico, menos "merchandising". Esperemos que siga escribiendo más porque ya tengo ganas de leer más de ella. Todo un placer para los sentidos. Y es que la literatura "oficial" que nos venden carece de sentidos. Y a Maitena, le sobra. Porque yo diría que la novela se palpa y se escucha. Es orgánica. Y eso es porque su autora tiene la pulsión y la frescura de la juventud en su pluma, unido de un talento y una arquitectura narrativa a salvo de derribo. Gracias Maitena por hacer ver que la literatura aún es algo vivo, rebelde y personal, al margen de los mismos autores apolillados de siempre y de los nuevos autores jovenes productos del comercio y del capital.
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