4 de febrero de 2012
Contra el muro
No te des la vuelta con personas que no van a a pasar por tu vida.
No te des la vuelta.
Dátele solo en los talleres y adopta la mirada impasible del muro o la media sonrisa de la grieta.
Date la vuelta del todo cuando te sanes, si es que algún día llegas a sanar y el muro no me engulle hacia la tierra.
Ellos no tienen la culpa
Ellos no tienen la culpa de mi rabia, de mi dolor, de mi fracaso vital.
Permanece neutral si quieres seguir avanzando.
Ellos no te han hecho infeliz durante once años.
Yo elegí ese camino de veneno y maldad.
No tienen por qué cargar con mis fantasmas.
Laura, sé neutral, te lo pido por favor.
No juzgues, no hables más de la cuenta y no agredas ni tampoco sonrías demasiado.
Contención.
Ser un objeto más del lugar.
O eso o la destrucción total.
Neutral.
No tengo otra cosa que continuar....
Cuando ya todo ha acabado y no hay planes a la vista, he decidido seguir continuando. Puedo dejar el taller de cuentos y el taller de teatro. Las juzgo una por una, no coincido con ninguna. Soy chica mala. Lo ven ellas, lo veo yo. Estoy resentida por un fracaso personal muy grande. Ahora me ciño a las clases únicamente. Voy a tener paciencia de "job" para no abandonar los grupos. Como futura profesora, me interesa demasiado lo que hacemos y además me divierto. Solo que me cuesta abstraer a la gente. Pero tengo que aprender a no ser el alma de la fiesta ni poner mi sonrisa permanente aún rodeada de gente. Ese es el primer reto. Y el segundo es no indignarme porque la gente no acuda en mi ayuda, ni me pregunte. Es lógico, cada ser es un mundo y tenemos caracteres muy muy diferentes.
Estoy rota, lo reconozco. Cambio de medicación como de punto de vista. Estoy enferma aunque la psicóloga diga que no, que solamente son problemas psicológicas. Once años son muchos años. Y ahora salgo al mundo y no me gusta lo que veo pero es que hay. Mis ojos y mis sentidos deben acostumbrarse a digerir el mundo que se abre ante mí. No hay buenos ni malos, solo gente. Pero para mí es muy difícil no poner enseguida la etiqueta y dejarme llevar por la rabia. Porque la rabia habita en mí como un veneno. Once años haciendo crecer algo que estaba abortado desde el primer día.
Y ahora soy mala para todos los que un día me apreciaron. Sólo pido en los grupos que me dejen tranquila, en mi mundo, que respeten mi silencio, que no quiera salir a tomarme una caña con ellos. No quiero forzarme. Y aunque sea la persona más horrible del mundo quiero seguir adelante pero sin poner falsa sonrisa ni soltar un exabrupto. Estar neutra. Conseguir la neutralidad dentro del grupo cuando ya no estamos dentro del teatro.
Mi reto es duro, lo sé. No sé si aguantaré o si me vendrá mal o bien. Solo sé que en casa se me caen las paredes y solo tengo ganas de dormir, de desaparecer. Voy al teatro para no matarme, para encontrar al menos un pequeño estímulo que me haga vivir más feliz. Y lo consigo pero enseguida vienen las nubes negras, los castigos contra mí misma por no haber sido más educada, por hablar más del cuenta. "Centrarme única y exclusivamente en la actividad. Abstraer a la gente." Ese es el reto del año venidero. No debo tomar los consejos como bombas de relojería, solo dejar fluír. Sí, soy mala, la vida me ha vuelto mala, diferente, algo tarada pero también tengo derecho a participar de ella pero sin mostrarme tal cual soy, conteniéndome poque la gente huye de todo aquello q es diferente.
No tengo otra cosa que continuar... Estoy peor que nunca. Ahora o nunca. Tirar para adelante o despeñarme al vacío. No tengo otra cosa que continuar...
Estoy rota, lo reconozco. Cambio de medicación como de punto de vista. Estoy enferma aunque la psicóloga diga que no, que solamente son problemas psicológicas. Once años son muchos años. Y ahora salgo al mundo y no me gusta lo que veo pero es que hay. Mis ojos y mis sentidos deben acostumbrarse a digerir el mundo que se abre ante mí. No hay buenos ni malos, solo gente. Pero para mí es muy difícil no poner enseguida la etiqueta y dejarme llevar por la rabia. Porque la rabia habita en mí como un veneno. Once años haciendo crecer algo que estaba abortado desde el primer día.
Y ahora soy mala para todos los que un día me apreciaron. Sólo pido en los grupos que me dejen tranquila, en mi mundo, que respeten mi silencio, que no quiera salir a tomarme una caña con ellos. No quiero forzarme. Y aunque sea la persona más horrible del mundo quiero seguir adelante pero sin poner falsa sonrisa ni soltar un exabrupto. Estar neutra. Conseguir la neutralidad dentro del grupo cuando ya no estamos dentro del teatro.
Mi reto es duro, lo sé. No sé si aguantaré o si me vendrá mal o bien. Solo sé que en casa se me caen las paredes y solo tengo ganas de dormir, de desaparecer. Voy al teatro para no matarme, para encontrar al menos un pequeño estímulo que me haga vivir más feliz. Y lo consigo pero enseguida vienen las nubes negras, los castigos contra mí misma por no haber sido más educada, por hablar más del cuenta. "Centrarme única y exclusivamente en la actividad. Abstraer a la gente." Ese es el reto del año venidero. No debo tomar los consejos como bombas de relojería, solo dejar fluír. Sí, soy mala, la vida me ha vuelto mala, diferente, algo tarada pero también tengo derecho a participar de ella pero sin mostrarme tal cual soy, conteniéndome poque la gente huye de todo aquello q es diferente.
No tengo otra cosa que continuar... Estoy peor que nunca. Ahora o nunca. Tirar para adelante o despeñarme al vacío. No tengo otra cosa que continuar...
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