28 de septiembre de 2011

"Granito y Fresas" de Carmen Velasco Román

Concretar mi ser en un papel

una mañana cualquiera de domingo,

no sirve de gran cosa si el que lo lee

no quiere ver lo que se esconde tras las letras.

Instantes

de soledad o de cordura,

control del tiempo

que va fluyendo por las venas,

desasosiego, dudas, silencio,

sombras de abismo,

incertidumbre, nudos de aire.

Hay que tragarse

los bloques de granito

y conseguir cagar

puré de fresas.


Son los estómagos

a prueba de poesía

los que consiguen digerir el miedo

que da el saber nuestra ignorancia

compuesta de palabras mágicas.

"La medida de mi madre" de Begoña Abad



No sé si te lo he dicho:

mi madre es pequeña

y tiene que ponerse de puntillas

para besarme.

Hace años yo me empinaba,

supongo, para robarle un beso.

Nos hemos pasado la vida

estirándonos y agachándonos

para buscar la medida exacta

donde poder querernos.

Mi padre, a estas alturas,

escribe sus memorias

y yo pienso que cuando falte

no querré leerlas

por si acaso descubro

que no nos hemos conocido nunca.

"La medida de mi madre". Olifante. Ediciones de Poesía.

Aldea Poética V



27 de septiembre de 2011

La Bella Durmiente

(…) Y la Bella Durmiente se pinchó
Con la aguja
De su zapato
de tacón.
Y cuando puso su pie en
el Korral
Al fin despertó.

Desde el primer peldaño

Será que nunca fue mi fuerte

Entender ciertos conceptos:

Valor,

Honorabilidad,

Coraje,

Ejército de Paz

Daño Colateral.


Y decidí quedarme sentada

en aquel primer peldaño

donde el agua siempre es agua

donde el fango siempre es fango

y los puñales y bombas

no vienen jamás envueltos

en paquetes de regalo.

Me dijo

Me dijo:

“Te trataré como a una reina.”

Yo le contesté:

Ni soy reina

Ni princesa

Ni marquesa

Ni duquesa

Ni santa

Ni musa

Ni bruja

Ni puta.”

Y ante mis respuestas se fue.

Qué difícil es encontrar a un hombre

Que busque a una simple mujer.

24 de septiembre de 2011

Karicias Naturistas

Cuando volví me probé tus caricias.

Ninguna de ellas me convencía.

Eran todas de talla única

Sintéticas y ficticias.

Cortadas siempre por un Patrón,

Para mujeres sumisas.


Tus caricias ni rozan, ni manchan, ni pican.

No hay lugar para pelotillas

Que se pongan a hacerte cosquillas

Pegándose en tus axilas.


También me cansé de tus caricias con taras,

Siempre algo que sobraba,

Siempre algo que faltaba.

Y yo siempre aguja en mano

Mujer agujereada.


He regresado con peso.

Ya no me vale esta talla.

Ya no me vale este amor.


Ahora Solo me vestiré con la caricia

De la Vida.

Mi corazón y mis caricias se han vuelto

Naturistas.

Mariposas en el estómago



No quiero mariposas

En el estómago

Prefiero sentir mis fluidos

Abriéndose por dentro paso.

Ahora que esto se ha acabado

Y cada uno va por su lado

Me niego a tener un nido dentro de los intestinos

Poblado por estos gusanos.

Cada vez que ingiero algo

Siento un quejido alado

Que me hace recordar de nuevo

Que tú ya no estás a mi lado.

Voy a llamar por primera vez en mi vida

A un señor Taxidermista

Ábrame usted la boca sin medida

Y sáqueme a toda prisa

Estas alas quebradizas.

Y luego clávelas si quiere

En una hermosa vitrina.

¿Qué hago yo con una exposición de alas

habilitada en mi hígado, en mi páncreas,

en mi riñón?


La próxima que tenga alas

Que sean de gallo o gallina.

Que me picoteen por dentro

En vez de enredar mis tripas

Con vaselina.

Que me hagan enamorarme no de un Ideal

Sino de una persona real.

"Perder los estribos"

Nunca pierdo los estribos.

Siempre voy montada en una cabra.

"Verle a uno el plumero"

Te vi el plumero en cuanto te conocí.

Pero como yo también tenía plumas no me importó.

Lástima no haber sido una experta ornitóloga

Y saber desde el principio

Qué clase de pajarraco eras.

Las ovejas de habitación

Un día se me ocurrió contar ovejas para dormir. Pero las mías, como son negras, me dijeron que para eso ya estaba la Seguridad Social. Que estaban de ser los somníferos de medio mundo.
¿Por qué no contar cocodrilos o pulgas de ciudad?
También me dijeron que la gente las solía confundir con las nubes. Y que por eso no pasaban. ¿Desde cuándo se ha visto una nube con cuatro patas?
Y que una vez una de ellas que acababan de esquilarla, entró en una habitación, y una niña repipi la echó a patadas llamándola: oveja escaldada.
Y es que la vida de las ovejas de habitación es muy dura.
Tienen un máster en Psicológia Infantil y encima se las tacha de tontas y analfabetas.
También me dijeron que los niños que saben contar hasta 100 son un auténtico suplicio. Cuanto más sabes contar, más tiempo tienes que estar saliendo y entrando por la ventana.
Las ovejas negras han montado un Sindicato por los derechos de las ovejas de habitación.
Las pobres acaban con unas ojeras hasta las pezuñas y no hay gallo que las levante el ánimo.
Se reúnen una vez a la semana en mi korral para repartirse las habitaciones de los niños donde entrarán. Y exigen que se cambie la tradición y que por favor los padres empiecen a decir a los niños que cuenten otro tipo de animales, a parte de las ovejas y que se reparta un poco el trabajo.

Se abre el korral

Bienvenidos al korral,

Gallos perezosos,
Gallinas valientes,
Ovejas negras, verdes, rojas, multicolor,
Vacas con mala leche,
Cerdos y Cerdas Insumisos.

Bienvenidos a mi blog Rural.

Espero que vuestro paseo por mi Korral os pikotee con Amor las neuronas y salgáis de él con nuevos aires para vivir en Libertad.

Abrazos Korraleros.