Llevo musculándome la mirada desde que nací. No tengo ojos de sapo a pesar de ello, sino ojos de china. Justo a la inversa. Técnica de camuflaje inconsciente. No sé. Siempre me dijeron que estaba en las nubes. Y de tanto decírmelo acabé comiendo piedras.
No sé escribir palabras mayores. En mi estómago solo caben migas y guijarros. Lo tierno y lo punzante a partes iguales.
No busco provocar. Nací sacando la lengua al doctor de turno y así continúo. A veces tengo complejo de camaleón por la lengua y mis cambios de humor. Y muchas veces se me pega la lengua donde no debo y acabo enrollándola y enrolándola en batallas perdidas. Por eso ahora la guardo en la boca y me da por sonreír. Otro mecanismo de camuflaje. Con tanto camuflaje voy a ser la que no quiero ser y eso no me gusta nada. Sobre todo porque la lengua cada día va alargándose más y más. Es una Willy Fog encerrada en su jaula dental. Y mis ojos se van cerrando cada vez más en vez de plantar ojos a los ojos de escaparate, esos ojos hiperactivos, productivos, aptos para pasar cualquier prueba de selección de personal. Ojos que aunque no vean nada miran al jefe con obediencia y la pupila se les dilata sin haber fumado ni tomado ningún tipo de hierba ni psicotrópico. Pero mi mirada les parece ingenua, de poco recorrido.
Tienen razón: a mis dos ojos aún les doy la teta cada noche para que sigan creciendo y viendo cada vez más y más lejos, cada vez más y más adentro. Por eso parecen siempre adormilados.
¿Pero qué van a saber ellos?
Por eso tengo que destetarlos de una vez y sacar la lengua para que salgan a recorrer mundo,
a gritar mundo,
a lamer mundo,
a girar mundo,
a poner patas arriba mundo.
Pegar el chicle, ya no en la puerta de atrás, bajo la mesa, trás el cristal, en el rincón más oscuro.
Pegar el chicle frente a sus narices y que lo vean: lo pegajoso que es, lo contagioso que es, lo maravilloso que es.
Y que huela a goma de mascar VIDA:
YO MASCO VIDA,
TÚ MASCAS VIDA,
ÉL MASCA VIDA,
NOSOTROS MASCAMOS VIDA por todos los rincones del campo, bosque, seta o
ciudad.
Muchas gracias por visitar mi espacio...un gusto pasear por tus letras!
ResponderEliminar