1 de octubre de 2011

Migas

Nunca comías pan.


Como buen depredador

Utilizabas la corteza

Para afilarte uñas y dientes

Y devorar a tu presa.


Antes de abalanzarte

Dabas un golpe en la mesa

Y todas las migas caían

Cerca de mi cabeza.


Yo sin que tú me vieras

Como vulgar Pulgarcito

Las recogía a escondidas

Dentro de mis bolsillos.


Cuando ya por fin salía

Iba soltando las migas

Para no encontrarme sola

Y que llegaran las palomas.


Juntas devorábamos

A escondidas

Esas migas

Clandestinas.


Y a modo de blandas tiritas

Iba echando sobre mi piel

Aquellas migas

de mayor blancura

Para que no hubiese rastro

De mis heridas más duras

De mis heridas más oscuras.

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