Siempre le pedía fresas a mi madre
y mi madre me gritaba
las fresas en mayo
las fresas
en mayo.
Y cuando mayo llegaba
yo era un bosque de fresas
y en las piernas fresas
y en las muñecas
y en el puente de la risa.
Pero desde que la ingeniería genética
ha demostrado
que las fresas antiguas se equivocaban,
tengo fresas de enero a diciembre,
el lunes y el martes,
el miércoles
y el remiércoles
y también el ciento siete
de abril.
Y ahora todo es
un cansancio de fresas
y un tres por dos
y un bah
y un dejadme en paz.
Las fresas (y cualquier cosa)sólo tienen sentido si no hay fresas. Hay buenos momentos de fresas, pero sólo si también hay momentos sin ellas. Si siempre hay fresas, surge el cansancio de Neorrabioso.
ResponderEliminarEste cansancio de "los mercados"!!!!!
Besos